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La espada del Espìritu

viernes, 25 de junio de 2010

Lo que más deseo es que cese la violencia


“Lo que más deseo es que cese la violencia”
Las anteriores palabras están escritas en una fotografía autografiada por todos los compañeros de clase de Luis Enrique Bernal, de tan solo 17 años de edad, quien muriera de la manera más horrenda que un ser humano puede morir, calcinado vivo. Luis Enrique murió al ser quemado dentro de un microbús del transporte público junto a otras doce personas más el domingo 20 de junio de 2010.
1. No nos ha venido nada nuevo. La vida en nuestro país siempre ha sido de pocos espacios para el desarrollo de vida normal y sana de la juventud y la familia. Pocos espacios donde las familias pueden convivir con seguridad y paz. Hoy se nos cierra más las áreas, el temor y la incertidumbre invade a miles de salvadoreños. Pocos desconocidos han luchado por hacer de nuestro país un lugar mejor para co-existir. La violencia ha llegado a niveles verdaderamente insoportables.
2. Quienes son los responsables. Si buscamos culpables seguro que sobran. Pero eso no nos ayudara en nada. Todos de alguna manera hemos sido egoístas con lo que Dios nos ha dado, nos sentimos propietarios de lo que la buena mano de Dios nos ha dado. No hemos sido solidarios con la necesidad y el dolor. Nuestros rostros se han volteado al lado opuesto del que llora. ¿Pensáis que así se solucionan las cosas? Si quiebro el termómetro no por eso termina la enfermedad.
3. Quien dirá esta boca es mía. Ya esta tratado en grandes volúmenes de libros las razones y elementos que inciden en la violencia. Las universidades y centros de investigación se llenaron de libros y tesis, que nadie lee, sobre el tema de pandillas, violencia y juventud. Y ¿ahora qué? La solución está en Dios- dirán por acá y por ahí. Debe tenerse el cuidado de que esto no sea un “salto olímpico” para evadir nuestra responsabilidad, hoy más que nunca consideramos que cada uno puede ser parte de la solución. Cuando el doctor, el profesor, el entrenador, el pastor, el albañil, etc. Y todos y cada uno de nosotros, unánimes juntos hagamos buena obra y obra buena, nos amanecerá el sol de justicia. Y se encenderá una llama que nadie podrá apagar, entonces veremos un cielo nuevo y una tierra nueva. Educar, cuidar la salud mental y física, respetar la familia y sus miembros no es solo tarea de unos cuantos pagados, peritos de la ciencia, es tarea de cada cual.
4. La gran solución, nuestro papel en esto. Tiene lógica demandar a las instituciones encargadas de la seguridad y paz de nuestro territorio nacional, pero en un país donde por décadas hemos sido testigo de corrupción e infiltración del mal en dichas instituciones deja sin aliento a cualquiera. ¿Está todo perdido? Claro que no, así surge el último recurso, quizás el más poderoso, la unión de nuestras fuerzas, dones, voluntades y las buenas nuevas de Jesús. Nadie pude detener un pueblo con voluntad firme. No podemos decir que esta estrategia hará de la noche a la mañana cambios en la generalidad de la sociedad. Pero cuando tomemos nuestro lugar en la gran tarea de la paz, los hijos de Dios veremos la luz de un nuevo amanecer. Pasos lentos pero firmes. Qué tienes tú y qué tengo yo es la pregunta. Unamos esos granitos de arena. Y Construyamos juntos para las nuevas generaciones un mundo mejor. Pero comencemos hoy, por favor. Para que el sueño de Luis Enrique sea una realidad.
5. ¿Cansados del camino?. No hago referencia a cierta canción, mas hago referencia al estado de apatía y adormecimiento en que muchos cristianos que hemos caído. No tengo tiempo, tal a cual situación me impide, por tal persona, mi idea de la vida es otra, Dios no se lo toma tan en serio, mis cosas primero, etc. Me resuenan estas palabras por que las he escuchado muchas veces. Es la misma expresión que oyó el profeta de Dios:
Malaquías
13 Habéis además dicho! Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová.
14 Maldito el que engaña, el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.
Ante tanta crueldad de nuestros tiempos ¿no creéis que sea hora de levantarse en fiel rebeldía ante el atontamiento, la indiferencia e insensibilidad de la iglesia? No sé donde comienza el problema, en el liderazgo o los que están bajo su dirección, pero sea donde este, no debemos seguir en ese andar religioso que ha crecido mucho en su apariencia pero poco en sus raíces.
6. “Lo que más deseo es que cese la violencia”. Esta es la petición de Luis Enrique, pero es más que un deseo, es el clamor, es el grito de nuestro pueblo. El deseo nace de un sueño, pero ningún sueño se realiza hasta que despertamos y trabajamos por él. Iglesia , no es un término que identifica a un hombre o mujer con Biblia bajo el brazo y que domingo a domingo sentado en una banca o silla escucha al predicador de saco negro, esperando que él sea oráculo de Dios, más bien iglesia es “ekklesia”, una comunidad viva, unida por la palabra de Dios, en esa palabra esta su vida, su esperanza. La iglesia es servidora de Dios , pero también de los hombres y mujeres de su entorno. Compañía de hombres y mujeres que saben que tienen un propósito en la tierra, ser sal y luz. Reconocen que conforme pasa el tiempo Dios trabaja con ellos, solo cuando trabaja esa comunidad a favor del prójimo. Entonces podemos decir sin temor a equivocarnos que somos la Ekklesia de Jesús. Amigos, hagamos algo, comencemos hoy, mañana puede ser demasiado tarde.
Que resuena la voz apostólica y profética:
Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo. Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios. Efesios 5: 14,15.

Le he dedicado este articulo a la familia Bernal, muy amados míos.
Gracias por tomarte el tiempo para leernos, escribe tu comentario. Les amo.