
“Cuando Jesús vio a su madre, y a su lado al
discípulo a quien él amaba, dijo a su madre: —Mujer, ahí tienes a tu hijo.”
Juan 19:26
Siempre nos hemos preguntado sobre quién es el personaje misterioso o incognito que el evangelio joanico llama discípulo “amado” o “a quien Jesús amaba” pero no se debe buscar como quien busca el arca perdida o el imaginario santo grial, porque si miramos con atención es que en el corazón y mente de Juan solo existía la idea de presentar quién es en verdad el discípulo a quien amaba Jesús. Para contextualizar con nosotros tendríamos que decir cuál es el discípulo que ama Jesús hoy, el “amado” es nuestro modelo a seguir. El amado es un ejemplo que perdura a través de los siglos, hoy en 2010 todavía el Señor desea ese tipo de seguidor. El pasaje que tenemos presente nos lleva al momento de la crucifixión del Señor, y ahí el texto sagrado ubica al amado, discípulo de mucho valor para Jesús.
1. El discípulo amado, se siente amado. Muchas son las necesidades de los seres humanos, pero quizás ninguna más poderosa que sentirse amado por alguien. El dolor de la vida, la soledad, las victorias y triunfos se sientan bien cuando se comparten con seres que uno siente que le aman. No nos daña la burla de nuestros enemigos, o el desprecio del desconocido, pero sí nos interesan las reacciones de los seres queridos, siempre preguntamos qué opinan ellos de nosotros, porque son las personas que nos aman, así que su opinión es muy importante. Sentirse amado es importante. El discípulo amado del evangelio que estamos observando, se siente amado por Jesús, siente ese calor que da su compañía, siente el placer de gozar de su presencia, todo pierde valor cuando está a su lado Jesús. Qué hizo que este discípulo dejara todo cuanto tenia, y prefiriera seguir a Jesús, ha sido la ternura, ha sido que considera amado, ha encontrado el amor, un amor sin igual, sin comparación, ahora es amado y lo sabe con exactitud.
2. El discípulo amado, ama. El amado, no puede menos que corresponder a ese sentimiento de aceptación, tan sublime como es el amor de Dios. El discípulo al que ama Jesús amará ¿qué otra cosa puede hacer? con que podrá pagar tanta bondad. El amado es seguramente de Galilea, lugar de poco transito para los piadosos judíos, pero en el año 30 d. C. esta despreciada región fue visitado por el amor infinito de Dios. Este discípulo ama a quien le amó. Seguirá amando hasta los últimos días de su vida.
3. El discípulo amado, está dispuesto hasta las últimas consecuencias. Volviendo al contexto, el cuadro de la crucifixión está presente en los versículos que hoy nos sirve de estudio. ¿Dónde está Pedro, y los demás? Solo el discípulo amado está ahí, al lado de varias mujeres, la sombra de la cruz les cubre, pero no solo eso, también les cubre el amor de Dios, el amor que no tiene comparación, el amor de Jesús crucificado. Por eso no se amedrenta el discípulo amado, si ha de ser notado por los enemigos de Jesús, no importa. Ahora se hace evidente ante los demás, hoy es tiempo de pagar con valor y agradecimiento al que le amo. Que mejor momento para demostrar nuestra fe sino cuando las cosas están difíciles, que fácil es decir ser cristiano el tiempo de buenos aires y gran abundancia, que difícil cuando el viento es en contra y el cielo sobre nosotros se ha tornado gris. Sin embargo el discípulo amado seguirá ahí, al pie la cruz, ese es su lugar, ninguno mejor que ese, al lado del que le amo hasta la muerte.
4. Juan 21:20-22
20Al volverse, Pedro vio que los seguía el discípulo a quien Jesús amaba..
21Al verlo, Pedro preguntó:
—Señor, ¿y éste, qué?
22 —Si quiero que él permanezca vivo hasta que yo vuelva, ¿a ti qué? Tú sígueme.
¿Podemos notar lo que hay en tan valioso texto? Mientras que a Pedro se le tiene que decir “tu sígueme”, al discípulo amado no es necesario, él ya va detrás, el va siguiendo al que le ama. No depende de lo que harán otros, el tomará de su propia iniciativa seguir siempre a su Señor. Lo ha dejado todo ya, y lo seguirá haciendo. Consideremos este ejemplo, porque muchos han anclado su cristianismo en individuos o instituciones. Pedro será muy importante para la comunidad cristiana, pero el discípulo al que ama Jesús, sigue a Jesús, y a él nada más. Es amor extremo.
5. El discípulo amado, es la iglesia ideal. Si hay algún modelo a seguir este llena toda expectativa. Su ejemplo es digno de imitar. No ama de palabra, ama en verdad. Ahora bien, no olvidemos que muchos se hacen llamar discípulos del Señor, pero las características de ese llamado no consisten en ir al local de la iglesia o a ciertos servicios religiosos, es más que eso, es corresponder con amor apasionado, es amar hasta que duele, este amor nos puede volver vulnerables ante nuestros enemigos, pero el discípulo amado no teme. Jóvenes seguid correspondiendo al amor de Dios. Algunas veces traerá dolor, pero continuad firmes amando a vuestro Dios, pareceos al discípulo amado, estad firmes al pie de la cruz, ahí ay sangre que redime, perdón inagotable, amor para siempre. El discípulo al que Jesús ama tiene una pasión extrema.
Bendiciones mis hermanos y hermanas.
1 comentario:
Sea bienvenido siervo a G Edificate. Qué bueno contar con usted en este equipo maravilloso. Saludos en Cristo Jesús.
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